CUADERNOS
No. 14 (1985)
ALGUNAS
CARACTERÍSTICAS PSICOSOCIALES DEL
DELINCUENTE
PANAMEÑO
Dr. Carlos Smith Psiquíatra
Como una acción de
prevención de la delincuencia, intentamos exponer aspectos salientes de las
características generales del delincuente panameño.
Para ser realistas, esta
tarea al igual que todas las que implican rotular, no resulta nada fácil y
menos cuando se trata de seres humanos, porque el riesgo de estigmatizar,
basado en criterios subjetivos es bien alto. Con lo anterior podríamos empujar
hacia la actividad delictiva a los que están en la periferia y hundir más a los
que ya están.
Lo que sí esta bien
establecido es que en torno a la actividad delictiva se yergue un cúmulo de
manifestaciones las cuales por sus peculiaridades llegan a constituir una
verdadera subcultura.
Dicha sub-cultura implica la
existencia de su propio código moral, sus valores, su propio lenguaje o jerga
con términos suigéneris entre ellos. Estas manifestaciones pueden incluir
indumentarias, rasgos motores, gestos, hábitos y prácticas que llegan a ser
realmente un ritual que alcanza desde la fe religiosa hasta las exequias.
Muchos autores han intentado
clasificar las personas buscando características somáticas o físicas que les
permitan distinguir a un delincuente con solo verlo, basta recordar el famoso
“delincuente nato” del ITALIANO LOMBROSO, además debemos mencionar la
biotipología de Kretchmer.
Al respecto Zimring y
Hawkins en su obra “La utilidad del Castigo” afirman lo siguiente “hoy día ya
no puede defenderse que exista un tipo delictivo de personalidad ni una
estructura patrón que predisponga a realizar actos ilícitos”. (Zimrig y Hawkins
“La utilidad del castigo”, editores asociados 1979).
CÓDIGO MORAL DEL DELINCUENTE:
El mismo pareciera ser una
antítesis de lo socialmente aceptable; no hay nada escrito todo es táctico.
Entre más delito se comete y
menos detenciones, es decir, más burla a las autoridades entonces más prestigio
y respeto.
Entre más compleja haya sido
la actividad delictiva al igual que el valor o cuantía de lo infringido, mayor
respeto.
El que mejor puede hablar
sobre su dominio o conocimiento de los diversos penales también goza de respeto
o es escuchado.
Ni hablar del prestigio
logrado por haberse evadido de un centro de máxima o mediana seguridad, porque no tiene “chiste” evadirse del Centro
Femenino de Rehabilitación donde solo hay un agente de la policía y personal
civil.
Dentro de los penales
existen clasificaciones entre los detenidos; hemos logrado apreciar que los
homicidas, estafadores y ladrones de sumas grandes gozan de mayor respeto,
mientras que los carteristas, rateros y violadores son despreciados. Por alguna
razón los primeros casi siempre llegan a ser “presos” de confianza (temor,
respeto a la inteligencia o astucia).
El mundo sub-cultural
delictivo tiene su pena capital y la misma se da cuando principalmente en los
casos de drogas, a alguien se le da una mercancía a vender y “jugando vivo” se
“manda a cambiar” con el dinero producto de la venta, son frecuentes las
ejecuciones pero públicamente no aparecen como tales. En la más baja escala
está el delator.
LENGUAJE:
El mismo va dirigido
principalmente al empleo de “Neologismo” cuya connotaciones es dominada por los
que están en la actividad y se proponen más que nada evitar ser comprendidos
con facilidad de allí que una de las formas más simples lo constituye el habla
en revesina o al revés, por ejemplo, Hermano-manoher; hambre-breham;
mujer-jermu; si-is; no-on; cállate-llácate; loco-colo, etc..
Hay términos que francamente
son neologismos, ejemplo: abundancia-Buco-Ratan. Los mismos, pueden variar de
un barrio a otro.
Las cosas cargadas de morbo
parecen ser las que más nombres diferentes pueden tener y con mayor claridad se
aprecia cuando de drogas se trata, así tenemos por ejemplo: Marihuana se le
conoce como “Kenke”, “Yerba Santa”, “Diablo”, “Bate”, etc.....; mientras que la
cocaína la conocen como “Polvo de ángel”, “Pichi cata”, “La drush”, “Voltios”,
“Plato”, etc.. La acción de drogarse se denomina “trabarse” o “viajar”. Al
líder vendedor de droga lo llaman “doctor”; el acto de robar “tiro”, al
ayudante del robo “segunda” y al delator se le llama “sapo” o “soplón”, esta terminología es
indistinta de los sexos.
EN LO REFERENTE A LA INDUMENTARIA:
En una época el uso de
zapatillas negras y basta ancha en los pantalones además de un corte de cabello
de patillas cortas conocido como “labap” en su conjunto representaban
características inferidles de un delincuente en la ciudad. Como vestimenta para
ir a fiestas empleaban los zapatos “black and white” pantalones con pliegues y
un sombrerito de pluma.
Hoy día como forma
de lavar el dinero visten con abundantes prendas de oro y si han dado un buen
“golpe hace poco” suelen vestir con la ropa y los calzados más caros del
mercado, lo cual muchas veces los delata dado que no tienen empleo; el asunto
se complica cuando tienen un empleo que les sirve de pantalla.
ASPECTO FÍSICO:
Hay autores que han
efectuado trabajos sobre la relación entre tatuajes y la actividad delictiva.
Existen interrogantes sobre el simbolismo de los tatuajes en el delincuente
local; entre otros móviles la maniobra del tatuarse vulgar u ordinario, es algo
dolorosa por lo que soportar el mismo es un signo de valor que le vale al
sujeto la aceptación en el grupo. Lo cierto es que no podemos generalizar, pero
si se observan un número crecido de delincuentes tatuados.
Otros rasgos físicos
son las cicatrices por riñas, peleas callejeras y también por heridas de bala o
arma blanca.
HÁBITOS SOCIO FAMILIARES:
Mantienen costumbres
de relación con sus padres de tipo inconsistente y hasta ambivalente por cuanto pregonan por doquier
que son los que más quieren a sus madres, mientras que a estas son a quienes
dan los mayores sin sabores al tener que estarlos sacando o visitando en las
cárceles.
No poco son los
casos de mujeres delincuentes que tienen su chulo a quien sostienen con
el producto de sus diligencias ilícitas.
Por otro lado son
frecuentes los casos de las mujeres que suelen “echarse la culpa” en los casos
de posesión ilícita de drogas u otros delitos para favorecer a su cónyuge sobre
la base de que la ley es más suave con ellas.
La poligamia
encubierta, practicada, hoy día como símbolo conspicuo de la expresión del
machismo contemporáneo; en los delincuentes se ve pero en forma abierta,
suponemos que entre otros atributos su liderazgo los hace atractivos, también
podemos mencionar su dinero, su prestigio y el honor o distinción en ese mundo
sub-cultural, para la mujer.
DE LO RELIGIOSO:
Un número plural de
ellos suelen cargar escapularios frecuentemente y parecieran ser
mayoritariamente católicos, aunque día a día las sectas religiosas de tipo
evangélico vienen ganando aceptación.
Es un poco
arriesgado afirmar que tienen un “santo patrono” pero así parece que sin lugar
a dudas ese santo es Jesús de Nazareno el cual se venera en Portobelo,
Provincia de Colón los 2l de octubre de cada año motivando largas
peregrinaciones de estos elementos y fervorosas manifestaciones de fe.
Intentando contrariar estos hechos antes mencionados se suele afirmar que la
Virgen de La Merced es la Patrona de los Reclusos, pero si usted visita un
centro penitenciario de este país verá que el favorito es el Nazareno. ¿Por
qué?
Por otro lado cada
día más se nota que el delincuente arrepentido (algunos) ingresan a sectas
religiosas en donde hacen renunciaciones al mal, dando testimonio de su pasado
negativo y aceptando a Cristo como su único salvador, a pesar de que algunos de
estos arrepentidos han reincidido otros llegan a ser verdaderos líderes de
estas religiones, ejemplo hay muchos nacional e internacionalmente. En
ocasiones la mejoría económica de algunos de estos elementos es tan ostensible
que a veces nos preguntamos si es que han encontrado nuevas formas
delictivas no consignadas como tales.
DE LAS EXEQUIAS:
La vida violenta de
algunos delincuentes es muchas veces consistente con muerte violentas,
baleados, acuchillados, golpeados, etc. En muchos casos hemos podido observar
funerales con manifestaciones un tanto diferentes a las comunes que le dan
características propias; por ejemplo: son sepelios muy concurridos, los colegas
todos tratan de estar presentes en el postrer adiós pese al riesgo que les
representa, porque algunos tienen casos pendientes con la justicia; como
algunos son polígamos se logra ver 3 o más círculos de “viudas” llorando a su
finado marido.
La procesión hacia
el cementerio se hace a píe y cargado en hombros y una gran disputa por el
derecho a cargar el féretro. A la hora de enterrarlo se le suele regar licor
sobre el ataúd, riegan marihuana, cocaína, se tiran dados, monedas y otros
quien sabe si deseando que en el más allá, el fallecido, continúe la vida que
lleva a la cual ninguno de sus admiradores le hallaba nada malo.
El presente escrito
es la resultante de observaciones directas en el medio donde viven muchos de
estos sujetos; como experiencia lo valoramos altamente y lo sumamos a las
observaciones efectuadas en los centros penitenciarios donde laboramos por
varios años.
No se trata de
justificar la actividad sino ver una pequeña parte de esa realidad de ese
elemento humano tan cuestionado por todo pero por quien se hace poco o casi
nada.
CONDUCTISMO
– DELINCUENCIA – PSICOLOGÍA SOCIAL
CUADERNOS
No. 15 (1986)
UN
CASO DE VIOLENCIA DOMÉSTICA
Carmen Antony
Abogada
A.
MARCO TEÓRICO DE LA VIOLENCIA DOMESTICA
La violencia y los
maltratos en la familia no son problemas de carácter privado, sino que
constituye un gravísimo problema social que ha merecido la atención de
gobiernos, organismos internacionales instituciones no gubernamentales, grupos
feministas, asociaciones universitarias, etc. Desde un punto de vista
criminológico, el fenómeno ha merecido también consideración mundial en el
marco de la victimización de la mujer.
Así el Comité de
Prevención del Delito y Lucha contra la Delincuencia de Naciones Unidas, estima
que el fenómeno de la violencia debe estudiarse más allá del ambiente de lucha
de bandas o delitos callejeros, ya que la violencia familiar es una constante, que
encontramos tanto en todos los niveles sociales, económicos y de educación,
como en todas las edades.
Este mismo organismo
ha señalado los elementos que intervienen en el maltrato de mujeres, por orden
de importancia, los siguientes: la condición inferior de la mujer en la
sociedad debido a las actitudes patriarcales, las razones económicas, el
desempleo, los problemas de trabajo, el alcoholismo, la violencia en la
infancia, el bajo nivel de responsabilidad social, la alienación emotiva, el
desconocimiento de la ley, y la influencia de las representaciones de violencia
a través de los medios de información.
A su vez, se
enunciaron como razones económicas del maltrato los siguientes factores: la
pobreza, la dependencia económica de la mujer, la vivienda inadecuada, y la
reducción general del gasto público debido a la recesión económica.
Ninguno de estos
factores son ajenos en la violencia doméstica en Panamá. Habrá que enfatizar la
importancia de la precaria situación económica del país que produce un injusto
orden económico y social, y agrava las situaciones de violencia de todo orden,
entre las cuales figura la violencia doméstica.
A pesar de algunos
significativos avances de la mujer panameña en el campo de salud pública,
educación, situación laboral y participación en la vida política de la Nación,
enumerados solo a vía de ejemplo, subsiste aún en esta sociedad, su función
procreadora. Esto le ha restado participación en otras esferas del quehacer
humano, consolidando el dominio y control del hombre sobre ella. De allí su rol
de dependencia emotiva, sentimental y económica respecto al hombre, que genera
el derecho que el varón se atribuye para maltratar a la mujer. Otros símbolos
del poder del hombre y el sometimiento de la mujer son la paternidad irresponsable
y el machismo, aún muy comunes en nuestras sociedades latinoamericanas. De esta
relación de poder y control, nace la potestad de castigar a la mujer la que
acepta, muchas veces resignadamente, esta brutal relación, parte por el miedo,
parte por la angustia o por la invalidez que tradicionalmente la acompañan.
El caso de ELSA,
presentamos a continuación como casuística de la violencia doméstica en Panamá,
presenta todas las características anotadas, y, en su patética relación, aflora
su alienación emotiva, su dependencia y sumisión frente al macho violento y
abusador que la llevó inexorablemente a su desgracia.
B.
CASUÍSTICA
Elsa es una típica
mujer de campo, blanca, maciza posee rasgos agradables y un carácter afable y
sumiso. Cuenta actualmente con 30 años
y proviene de una numerosa familia campesina, ambos padres viven y tiene 12
hermanos. Completó seis años de educación primaria. Luego se vino a trabajar a
la capital como empleada doméstica, destino obligado de los campesinos que no tienen
otra alternativa de vida mejor.
En la ciudad conoció
a JULIO, un cabo de las Fuerzas de Defensa, el que fue su primer y único amor.
Julio era respetuoso y la cortejó por un año, durante el cual la llevaba constantemente de visita donde su
familia. La familia de Julio, también del interior, gira alrededor de una
madre, figura matriarcal de severo carácter y ascendencia en el pueblo donde
viven. La circunstancia de que Elsa era mayor 5 años que su hijo pareció
disgustarla, y la decisión irrevocable de casarse de la pareja, enfrió las
precarias relaciones suegra-nuera.
Durante el primer
año de matrimonio siguieron viviendo en la capital donde mantenía su trabajo.
Ese año fue de tranquilidad y paz; lejos de la familia de Julio, el matrimonio
marchaba normalmente, aún cuando su marido no la sacaba de paseo nunca, sino
solo donde sus respectivas familias. Elsa no extrañaba otra vida que nunca
conoció. Luego empezaron las golpizas,
las escenas de celos, injustificados puesto que Elsa ya había dejado su empleo
y se mantenía confinada en el hogar. Dos años después, nace su hija, pero este
feliz acontecimiento no produjo cambios en la conducta de Julio.
Julio era miembro de
las Fuerzas de Defensa que parecía tener dos personalidades, la una en su
trabajo, cumplidor, sin vicios, sin anotaciones disciplinarias en su hoja de
vida, pero en su casa era otro hombre. Mantenía a Elsa aislada de amistades y
sólo le permitía visitar sus parientes. Celoso, enfermizo, torturaba física y
psicológicamente a su mujer. Como por el aislamiento en que la mantenía, no
podía hacerle escenas de celos con vecinos o amigos, centro su obsesión en su
propio padre. En esto fue azuzado por su madre, de fuerte ascendencia sobre él
que no gustaba de Elsa, según su propio testimonio.
La violencia de
Julio contra Elsa era continua. Ella soportaba las palizas casi estoicamente.
Otra hija llegó al hogar, pero esto no cambió la situación. Él no se conformaba
con sus puños, golpeaba a la mujer con palos de escoba donde podía, cara,
piernas, era dice Elsa “particularmente violento”.
La situación siguió
así por siete largos años. Elsa ignorante, sumisa, dependiente no sabía que
hacer. Algunas veces iba a casa de sus padres buscando refugio. Hasta allí
llegaba Julio buscándola, prometiendo ante sus cuñados cambiar de actitud. Pero
al lado afuera su feroz agresividad contra la mujer salió a flote nuevamente.
Amenazas de muerte llovían sobre Elsa. Entonces ella informada por sus vecinos
que eran silenciosos testigos de la violencia doméstica, por primera vez en su
sufrida vida matrimonial reclamó. Acudió donde la Trabajadora Social de las
Fuerzas de Defensa. Dice “yo no sabía que podía reclamar de esta situación, ni
que había personas profesionales que pudieran ayudarme, yo no sabía nada”.
La Trabajadora Social la atendió amablemente,
citó a Julio y en presencia del Capitán fue careado con su mujer. Reconoció su
violencia ante su Superior, el que amenazó con darle de baja. Pidió otra
oportunidad y prometió enmendarse. “La golpié en un momento de ira”, confesó,
pero la quiero y prometo que voy a cambiar. La pareja volvió al hogar y allí la
agresividad de Julio se desató nuevamente. “La próxima vez que me lleves donde
el Capitán, verás lo que te va a pasar”, “te mataré”, gritaba, golpeando a la
mujer con lo que tenía a mano.
¿Por qué no fuiste
donde tus padres? Fue la primera pregunta que se le dirigió Elsa. “Bueno”, contesta “Yo no quería
implicar a mi familia, y como yo lo quería lo aguantaba”. “Cuando el no me iba
a buscar donde mi familia, yo solita regresaba con mis pelados a la casa”.
La violencia subió
de tono, en otra oportunidad, agrega, que amenazó con quemarme con el aceite
hirviendo del sartén, salí corriendo y llegué al cuartel de las Fuerzas de
Defensa en San Miguelito donde el Capitán, “nuevas promesas de portarse bien y
cambiar de actitud, pero la violencia continuaba”.
¿No pensaste nunca
en separarte?. Se le preguntó a Elsa?. Ella contesta pausativamente. “Si, una
vez hablé con la
Trabajadora Social , y ella hizo una nota para él”. Pero “Yo
no quería eso” a pesar que me maltrataba tanto, que me hacía tantas cosas”. Una
vez, llegó hasta la piquera de Chorrillo “amenazándome de muerte a mi y a mis
hermanos”. En otra oportunidad delante de su familia, me arrastró por el suelo,
me quitó el brassiere, y cuchillo en mano me amenazó. La intervención de un
hermano, hizo que entregara el cuchillo que cargaba.
¿Tenía otras
mujeres? ¿Bebía mucho cuando te pegaba?,
le pregunté, “NO” dijo, que yo sepa no tenía otras mujeres. Bebía
abundantemente en casa nuestra, o donde su madre, pero no siempre estaba
borracho cuando me pegaba, incluso su agresividad se presentaba después de
dormir un rato. ¿No crees que él estaba loco?, no contesta rotunda, y, ¿a qué
le hechas la culpa de su conducta? “No se”, contesta, “a veces estaba
tranquilo, era cariñoso, así era de dos caras, yo tenía que hacer lo que a él
le daba la gana. Pero yo lo quise hasta el final. Después de los golpes, se me
pasaba la rabia contra él y lo perdonaba”.
El día en que Elsa
mata a Julio fue un día en que no hubo trabajo. Él visitó a su madre y volvió a
las 9:00 de la noche. Cenó normalmente y acto seguido el matrimonio se acostó a
dormir. Como a la 1 de mañana Julio se levantó súbitamente como si hubiera
soñado algo que le molestaba y partió nuevamente a casa de la madre. Cuatro
horas después en la madrugada del día vuelve a casa pateando brutalmente la
puerta. Venía con un cuchillo en la mano. Dice Elsa “me zampó patadas en la
barriga, en las manos, en la cabeza, donde podía, después me puyó con el
cuchillo gritándome que me iba a matar porque andaba con su padre”. Aterrada,
cogí a mi hija pequeña, y le dije “me voy donde mi mamá”......Julio no cesaba
de amenazarla “Te voy a matar, te voy a torturar como se torturan a los
detenidos en el cuartel”, Elsa gritaba e imploraba en vano. Entonces afuera se
oyó la voz del padre de Julio que le pedía dejarla tranquila. Pero Julio no
hacía caso. Elsa no podía decir una palabra porque él le tenía puesto el cuchillo
en la garganta. Forcejearon, ella cayo al suelo 3 ó 4 veces, en una de sus
levantadas con una mano cogió el cuchillo con que había hecho la ensalada que
habían comido, en la cena, ya que con la otra mano cargaba a su baby, le tiró
un estacazo y salió huyendo.....tras ella corrió varios metros Julio hasta caer
desfallecido. En el instante Elsa vuelve a su casa buscando refugio con sus
hijos, trancando la puerta. Dos horas después llegó el Furgón de la Guardia y
le comunica que Julio había muerto. La espiral de violencia se cerró y el drama
de Elsa también.
CENTRO
FEMENINO DE REHABILITACIÓN
Ministerio
de Gobierno y Justicia
Departamento
de Corrección
Informe
Psicológico
FECHA: 3-10-86
NOMBRE: Elsa
EDAD: 30
ESCOLARIDAD: VI Grado-Primaria
ESTADO CIVIL: Viuda
No. DE HIJOS: 2
DIRECCIÓN: Ollas
Arriba- Capira
MOTIVO DE DETENCIÓN:
Homicidio Motivo D
MOTIVO DE CONSULTA: Evaluación Psicológica
ANTECEDENTES FAMILIARES:
ELSA, proviene de un
hogar bien formado, con padre y madre vivos y doce hermanos (siete hombres y
cinco mujeres) donde ella ocupa el sexto lugar.
Nació de parto
normal hospitalario, su desarrollo psicomotor fue normal al igual que el
desarrollo del lenguaje y su desarrollo social. No padeció enfermedades fuera
de lo común en la etapa de la niñez. Se desarrolló a los 14 años.
Asistió a la escuela
primaria terminando su sexto grado con 11 años. Su primera experiencia sexual
la vivió a los veintitrés años (23), cuando ya se había casado.
Durante su infancia
trabajó ayudando a su madre en los oficios domésticos.
Afirma que en ésta
etapa fue muy feliz ya que crecía junto a sus hermanos y la relación entre
ellos era muy estrecha igual que con sus padres. Asevera que vivían muy humildemente,
con muchas penalidades económicas pero llenas de afecto, cariño y calor humano.
Al llegar a la
adolescencia (once años) comenzó a trabajar como empleada doméstica hasta que
se casó (23 años); él era cinco años menor. Tuvo oportunidad de tomar un curso
de manejo de máquina industrial y trabajó como operaria.
Se casó y se entregó
a su marido enamorada y llena de ilusiones de que trabajando duro pero juntos
serían muy felices. Tuvo dos hijos actualmente de dos y seis años y hasta el momento de ocurrir los hechos vivían
juntos.
HISTORIA ACTUAL:
La señora ELSA
residía en Ollas Arriba (Capira) con su esposo y sus dos hijos, muy cerca de
sus suegros. Su esposo era un cabo de las Fuerzas de Defensa.
Según expresa la
señora ELSA el primer año de matrimonio fue muy feliz. Cuando intervino su
suegra, su esposo se volvió muy agresivo y constantemente discutían y éste la
agredía. Manifiesta que en algunas ocasiones planteó su problema a la
trabajadora social de las Fuerzas de Defensa pero sin éxito alguno. El esposo
acostumbraba a beber en exceso y la mayor parte
del tiempo se gastaba el dinero destinado para la alimentación y
mantenimiento de la familia.
El día de los
hechos, afirma haber venido de compras con él a la Capital y que habían
comprado muchas cosas para los niños.
Después de preparar
la cena, dar de comer y acostar a los niños, se acostó ella y también su esposo
estaba ahí como a la una de la madrugada, él se levantó salió hacia donde su
madre.
Regresó a la casa
como a las cinco de la mañana con un cuchillo en la mano dando patadas a la
puerta. La despertó y entabló una fuerte discusión con ella; amenazándola y golpeándola
varias veces, a pesar de que ella tenía al bebe en brazos. Forcejaron y en una
caída cerca de la mesa tropezó con el
cuchillo y lo enterró a su esposo.
La señora ELSA
considera que su suegro es el culpable de lo sucedido. Sostiene que la suegra
la acusaba de tener relaciones sexuales con su esposo y que su pequeño hijo era
de él.
Ella desmiente todo
esto.
Actualmente una de
sus mayores angustias se debe a que son precisamente sus suegros los que se han
quedado con la custodia legal de los niños y ella no quiere que sea así, pues
afirma que estos señores la odian tanto por lo que pasó están volviendo a sus
hijos en su contra.
Ella quiere que los
niños queden con sus abuelos maternos hasta que ella salga.
Esta situación legal
se está trabajando entre la trabajadora social, el abogado y el Tribunal de
Menores.
PRUEBAS
APLICADAS:
Se le aplicaron
pruebas para medir su cociente de inteligencia (E.I.W.A.), su perfil de
personalidad (M.M.P.E., Machover, Sacks) y problemas de organicidad (Bender).
Básicamente.
RESULTADO DE LAS PRUEBAS:
Los resultados de
las pruebas nos muestran que la señora ELSA tiene un cociente intelectual
normal. Su fondo de información a nivel cultural no es muy vasto debido a su
baja escolaridad. Sin embargo, su conocimiento práctico del ambiente que la
rodea es adecuado y muy ajustado a su realidad. Posee buenas habilidades para
el razonamiento y juicio crítico; sus relaciones sociales y familiares son
adecuadas.
Las pruebas de
personalidad nos indican que la señora ELSA es una persona con buena
estabilidad emocional y sin presencia de conflictos significativos, que pueden
ser resueltos por la interna sin tener que recurrir a ayuda externa.
La asimilación de su
pasado, adaptación de su presente y percepción de su futuro, son adecuados y
muy bien manejados por la señora ELSA, al igual que sus emociones, sentimientos
y necesidades.
En los resultados de
Inventario Multifacético de la Personalidad (M.M.P.I.) que mide rasgos a nivel patológico,
observamos una escala de validez normal y una escala clínica en donde muestra
un perfil 8-4-6 el cual se da en personas un poco apáticas, aisladas y ocasionalmente
negativa, pero que por otro lado son personas que se preocupan demasiado y son
muy sensibles. En ocasiones estas características no se ajustan plenamente a la
personalidad de la persona normal evaluada, sin embargo, se ha demostrado clínicamente
que estos tienden a aparecer en circunstancias especiales como por ejemplo
personas que se encuentran detenidas o son muy jóvenes (Hathawoy y Mechl-1951).
Es entonces evidente que este caso el perfil está sujeto a la misma situación
de incertidumbre en que se encuentra la señora ELSA por la situación legal de
sus hijos y con respecto al mismo caso en sí. En base a estos resultados,
nosotros consideramos que el análisis clínico de la interna con respecto a esta
prueba demuestra que se trata de una persona normal.
Los resultados del
Machover nos demuestran que la señora ELSA está bien identificada con su rol
sexual, y la postura de las figuras (hombre y mujer) denotan ciertos
movimientos bruscos y agresivos que consideramos son proyecciones de la interna
respecto a lo que siempre fue su relación de pareja (peleas y discusiones), lo
cual en este caso es comprensible y normal.
El Bender no
demuestra rasgos de organicidad, solo denota cierta ansiedad contenida que es
normal de acuerdo a la situación actual de detención que vive la interna.
CONCLUSIONES:
La señora ELSA es
una persona normal intelectual, emocional y socialmente. Debido a circunstancias
externas se ha visto involucrada en una situación legal delicada que la
mantiene recluida, que le produce ansiedad, tristeza y sentimientos de que
nadie la comprende e impotencia ante los hechos.
Su permanencia en la
Institución la ha aprovechado en participar activamente en actividades
culturales, recreativas y en el taller de manualidades, lo que demuestra su
interés por aprovechar positivamente el tiempo que permanezca aquí.
Su comportamiento es
adecuado y siempre está anuente a cooperar en cualquier actividad que sea en
beneficio propio o de la
Institución.
DIAGNÓSTICO:
Paciente de inteligencia normal sin rasgos
patológicos.
PRONÓSTICO:
Favorable.
RECOMENDACIONES:
1.
Mantener
a ELSA en constante actividad dentro del Centro.
2.
Procurar
que a nivel legal tenga acceso periódico a ver y estar con sus hijos ya que
desde el momento de su detención no ha vuelto a verlos.
Licdo. Juan Samudio Licda.
Marta de Rincón
Psicólogo
Psicóloga
HOMICIDIO
– MALTRATO A LAS PERSONAS
VIOLENCIA
SOBRE LAS PERSONAS
VICTIMOLOGÍA
CUADERNOS
No. 17-18 (1988-1989)
LA
NIÑA DE LAS AGUJAS: ¿ACUPUNTURA, BRUJERÍA, SADISMO?
Un
caso de Maltrato al Menor
Aida Selles de Palacios
Trabajadora
Social-Criminóloga
El niño, antes y
después de su nacimiento, se encuentra expuesto e indefenso ante una serie de
situaciones que ponen en peligro su vida, o atentar contra el desarrollo armónico
e integral de su personalidad. Tal
situación está ligada a su propia naturaleza, ya que el ser humano
es absolutamente dependiente para su
sobrevivencia, en especial en la primera etapa de su vida. El mayor riesgo a
que se expone el menor y que se traduce en todas sus formas (física,
psíquico-sexual, o moral), está en relación directa con el enlace del niño en
el medio familiar o social más amplio, en el que innegablemente le toca
desenvolverse como individuo. Esta agresión, que pudiéramos llamar social
porque tiene su origen o procede, ya no de la naturaleza, sino del hombre,
depende fundamentalmente de la relación del niño con el adulto, ya provenga de
los padres, de otros parientes, de las autoridades, de los tutores o
responsables, etc. Dicha relación niño-adulto, además de definir el trato de
que gozará el niño dentro de la familia y de el entorno social en general,
condicionan la gama de experiencias y aprendizaje durante la primera etapa de
la vida, lo que indudablemente marcará y delineará su persona. Esta agresión ha
sido llamada maltrato o síndrome del niño maltratado, lo que es igualmente
conocido como mal de Kempe, figura esta que por sus características se enmarca
dentro de lo que constituye la violencia familiar.
El maltrato al menor
ha estado presente en las diferentes épocas de la humanidad y en todos los
estratos sociales. Nuestro país, no escapa a esta constante y aún, cuando no
exista estadística total que revele la magnitud del problema, si reviste el
maltrato minoril en nuestro medio características preocupantes por las formas
tan detestables e inhumanas que presentan dichos actos, y que son la prueba más
evidente de la violación de los derechos más elementales del niño que se
plasman como principio básico de la
Declaración de los Derechos del Niño, cuando se establece que: “El niño
debe ser protegido contra toda forma de abandono, maltrato y explotación amén
de la protección que contempla en
nuestra Carta Magna y en nuestro orden jurídico.
La casuística que
hoy presentamos es un hecho real ocurrido en la ciudad de Panamá, Área
Metropolitana en el año de l987, se ubica por sus características en el llamado
síndrome del niño maltratado.
La información que
fundamenta esta casuística, fué obtenida del expediente donde reposan los exámenes
médicos, psiquiátrico, médico legal y el estudio social del caso. Además
realizamos algunas entrevistas con funcionarios del Tribunal Tutelar de Menores
que atendieran la situación una vez referido por el Departamento de Trabajo
Social del Hospital del Niño, Institución que conoció en primera instancia el
hecho
La víctima de este
abominable suceso, es una niña de 6 años de edad, procedente de un hogar
desintegrado, razón por la cual dicha menor vivió primeramente con su madre,
quien, por el hecho de tener que trabajar, la lleva a vivir con sus abuelos
maternos al interior del país. A la edad de 4 años el padre se la trae a vivir
con él y no le permite a la madre tener acceso a la niña.
El hogar del padre
lo conforman la madrastra, tres medios hermanos menores de l3, l2 y 9 años de
edad.
La menor víctima, al
ser admitida en el Hospital del Niño, presentaba un cuadro clínico múltiple; excoriaciones,
edemas en la boca, heridas en la cabeza, cuerpos extraños (agujas en el cuello.
abdomen y brazos); bajo peso y un estado de depresión. La niña registraba
ingresos anteriores en el cuerpo hospitalario llamando la atención el hecho de
que estos ingresos ocurrieran en el mismo año, tres de ellos en el mes de marzo
previos a este último del mes de abril, en donde se le lleva a consulta por
introducción de aguja en el abdomen, considerando las evidentes y múltiples excoriaciones
y cicatrices antiguas y recientes que presentaba la menor se ordena su
hospitalización por supuesto síndrome de maltrato, el que después de serías
investigaciones y de los estudios médicos, sociales y psiquiátricos pertinentes
es confirmado.
El caso de maltrato
analizado llama nuestra atención por ser uno de los casos con características
poco comunes, quizás el primero en nuestro medio, y el cual es indicativo de
sadismo y/o serios problemas de personalidad por parte del victimario.
TIPO
DE MALTRATO INFERIDO:
De acuerdo a la
información obtenida y analizada se trata de un maltrato físico reiterado que
según especialistas es aquel maltrato inferido de manera paulatina y constante
desde algún tiempo. No obstante, por las características y antecedentes del
caso no se debe descartar el maltrato emocional y psicológico que
necesariamente debió ser inferido a la víctima.
En lo referente al diagnóstico,
éste fue sustentado por otros datos clínicos, tales: desnutrición de segundo
grado, anemia discreta, laceraciones múltiples generalizadas, presencia de
cuerpos extraños en el cuerpo. Asimismo las autoridades médicas que atendieron
el caso encontraron mayores elementos indicativos de que se trataba de un caso
del maltrato en el hecho de que los llamados accidentes con los que justificaba
la presunta víctima los signos y síntomas detectados clínicamente en la menor,
no correspondían, las hospitalizaciones se dan en el período en que la víctima
igualmente llegó a vivir al hogar del padre y madrastra actual, incluso se
sospecha de que la psicosis transitoria y el cuadro convulsivo que presentaba
la niña pudo ser producto de ingestión de algún tipo de drogas (esto último no
pudo comprobarse por no existir un servicio de toxicología en el Centro Médico
donde se atendió el caso).
En torno a este
aspecto se ha señalado que el diagnóstico médico debe considerar
fundamentalmente, los relatos inverosímiles o contradictorios en relación al
estado clínico de la niña.
En la exploración
física es frecuente encontrar datos tales como desnutrición, retraso
psicomotor, hostilidad, llanto constante, etc. (1)
VERSIÓN
DE LA VICTIMA:
La menor
manifestó en primera instancia que se había caído luego señaló que la madrastra
la había atado de los brazos y amordazado y que por eso se le había producido
un edema puribucal. También agregó la menor que le ponían agujas por el cuerpo.
En muchas ocasiones la han golpeado con
palos, contra el muro y que la herida del cuero cabelludo se la había
ocasionado su madrastra con un palo. Manifestó la víctima además que la
madrastra la obligaba a comer comida que preparaba mezclada con cloro y jabón y
la obligaba a oler un líquido blanco que le producía ardor en la nariz.
VERSIÓN
DEL PADRE Y LA MADRASTRA:
Ambos
coinciden en que a los pocos días de habérsela llevado a su casa la niña
presentaba convulsiones y que no tenía apetito (se negaba a comer y en
ocasiones vomitaba), se hacia sus necesidades en la cama durante la noche,
agregaron que la niña comía tierra y su comportamiento no correspondía a la
edad. El padre dice que la niña lo obedecía a él, pero con la madrastra tenía
problemas porque intentaba corregirla y explica todo en base “a un daño
progresivo que le querían causar a su hija por medio de brujería”.
La madrastra
justifica los golpes y demás cuadros clínicos que presentaba la niña, diciendo
“que se había caído durante las convulsiones, la herida de la cabeza se la
habría producido al caerse de la escalera cuando creía que la casa se le caía
encima, al disgustarse la niña se golpeaba contra los muros, las heridas y
cicatrices fueron provocadas por la madre real” y por último indicó que “las
agujas se las había introducido en el cuerpo de manera accidental cuando jugaba
a coser trajes de muñecas y se acostó encima de las agujas”....
IMPRESIÓN
CRIMINOLÓGICA:
El caso
analizado como puede observarse, pone en evidencia que aún cuando vivimos el
ocaso del siglo XX, el problema del maltrato al niño no ha desaparecido; muy
por el contrario las formas tan despreciables y cruentas con que se da el
maltrato, parecen ser expresiones de la época cavernaria carente del menor
nivel de civilización, por lo que tales situaciones hacen necesario reconocer
que tal vez las motivaciones o justificaciones entre una y otra época sean las
que hayan variado. Dado a tal situación se requiere un mayor esfuerzo para
conocer las raíces profundas de este fenómeno, y así establecer verdaderas
políticas preventivas y de tratamiento con miras a proteger a ese menor
indefenso y expuesto a toda clase de riesgos y de manera especial contra la
agresión del medio social.
La atención
a la menor víctima, debe estar dirigida a entender el trauma que deja necesariamente
el maltrato en éste, ya que está demostrado que el niño que ha sido objeto de
abusos y actos de violencia es más proclive a participar en actos delictivos.
En este mismo sentido la experiencia nos indica que los padres o figuras
maltratadoras en general, tienen antecedentes de abandono, desatención o de
haber sido durante su infancia, igualmente maltratados y ultrajados, de allí
que se repite el axioma que reza que: “todo maltratado será futuro
maltratador”.
Por otro
lado, aún cuando no se establecen categóricamente en los estudios realizados
quien o quienes son los maltratadores de la menor, los datos arrojan indicios
que la madrastra es la figura maltratadora. No obstante, independientemente de
quien fuera el victimario se trata de un caso muy grave que requiere un
efectivo seguimiento, tanto de la menor como de los supuestos maltratadores, a
fin de determinar la culpabilidad y someter al o los responsables de manera muy
especial, a las terapias necesarias para prevenir futuros actos de maltrato que
puede cobrar otras víctimas, sino se atiende debidamente esta situación; todo
esto sin menoscabo de las acciones legales correspondientes.
CITA
1.
AYALA
CASTILLERO, Rafael A., y CRUZ OSORIO,
Delfino. Pediatras de la Dirección General de Servicios Médicos, D.F., E.E.,
Horas de Consultas.
DERECHO
DEL MENOR – MALTRATO DE MENORES
MENOR
COMO VÍCTIMA
AÑOS
90'
CUADERNOS
No. 19 (1990)
EL
CASO DE JUAN ANTONIO
Intento
de Suicidio
Marcela
Márquez
Socióloga-Criminóloga
La primera
gran contribución al problema del suicidio, se debe al sociólogo francés
EMILE DURKHEIM, quien a fines del siglo
pasado realizó estudios en las cuales trató de establecer los posibles nexos
existentes entre el acto o intento de auto-destruirse y el ambiente.
En términos
generales los seres humanos al llegar a la adolescencia presentan una serie de
cambios en la estructura global del individuo tanto en sus aspectos biológicos,
psíquicos y sociales. Esta sobrecarga de cambios causa un impacto en el YO
(Personalidad) del joven, que a la vez amenazan sobre pasar su capacidad de
adaptación. Se inicia así el despertar de las demandas sexuales, los deseos de
alcanzar independencia e individualidad, que se manifiesta con rebeldía hacia
el control de sus padres y de su propia conciencia, es decir, se encuentra en
un momento de la vida donde las contradicciones y las confusiones son normales,
el deseo de ser adulto y el temor de llegar hacerlo.
Al lado de
estas confusiones si el adolescente se siente rechazado por sus padres o
tutores al aplicárseles alguna medida disciplinaria en extremo rígida o
excesiva, o bien, por abandono real, afloran en ellos una serie de sentimientos
(temor, culpabilidad, desvalorización, indolencia, apatía, etc.) que tienen
como resultado frecuentes estados de melancolía, llanto y angustia que son la
base de ideas suicidas en el adolescente. Todo ello, puede o condiciona el acto
suicida, por cuanto el menor de edad siente mucha agresión por parte de sus
“seres queridos”.
En fin todas
estas alteraciones pueden llevar al adolescente a reacciones de orden
patológico, como es el intento de suicidio o el suicidio; en la edad media de
la adolescencia o en la adolescencia
tardía es el periodo en la cual se
inician responsabilidades sociales y con su acción pretenden que los demás se
“sientan responsables de su acto”.
La
casuística que presentamos pareciera enmarcarse dentro de la clasificación de
intento suicida egoísta, que
abarca a los individuos que no logran una integración familiar como producto de
las despreocupación de sus padres o tutores que los lleva a desarrollar un
sentimiento de inseguridad aunado al fracaso escolar como es el caso de JUAN ANTONIO.
A. Antecedentes
familiares
JUAN
ANTONIO, es el menor de una familia modesta aparentemente integrada constituida
por los padres y cinco hijos. El padre casado en segundas nupcias con la
madre de JUAN ANTONIO se desempeña como chapistero y su madre, se dedica
al cuidado de la familia y quehaceres propias del hogar (ama de casa). La
relación y la comunicación entre los padres se podrían catalogar de “mala”, circunstancias éstas que se
reflejan en la crianza de los hijos.
El padre es
percibido por JUAN ANTONIO, como persona hostil y por la cual él siente
desprecio. La madre por su parte, es vista como una mujer amenazadora, agresiva
y mortificante, lo que ha dado como resultado que JUAN ANTONIO se sienta
rechazado por sus progenitores, en oposición de su necesidad de apoyo.
Las
relaciones del adolescente y la comunicación con el resto de la familia (2
hermanos y 2 hermanastros) es pobre. Con su hermano mayor, la diferencia de
edades y de intereses marcan una relación “fría” que se limita a lo
indispensable. Su hermano del medio vive con la abuela materna en una vivienda
adyacente a la que reside JUAN ANTONIO, y que se desenvuelve como un núcleo
familiar con aficiones, metas y propósitos muy diferentes al de su familia de
origen. La relación y comunicación con sus hermanos no es mejor que las
descritas con antelación. En resumen podemos concluir que la relaciones
intrafamiliares e interfamiliares son diferentes y sin rasgos de afectividad.
B. ANTECEDENTES PERSONALES
JUAN ANTONIO
es el menor de los tres hijos del segundo matrimonio del padre y que a la edad
de 14 años intenta en agosto de 1989 lanzarse al vacío desde la terraza del
Colegio donde realizaba sus estudios secundarios. El hecho se vio frustrado
porque un amigo y compañero de clases dio aviso oportuno a los docentes quienes
evitaron la acción.
La
naturaleza del conflicto que llevó a este adolescente a tal determinación no se
ha podido establecer con claridad, porque faltan elementos de juicio para
elaborar un diagnóstico preciso.
Los
antecedentes escolares correspondientes a la Escuela Primaria de JUAN ANTONIO
pueden catalogarse de buenos, culminando estos con un promedio general de 4.0 y
4.4. Hay constancia igualmente de haber sido alumno muy bueno en matemáticas, así
como en todas las asignaturas académicas.
Al inicio de
sus estudio Secundarios se pudo notar un cambio como estudiante en JUAN ANTONIO
de alumno bueno pasa a ser un estudiante regular en I° y II° año. Cuál fue el
motivo del cambio, es difícil establecerlo, sin embargo tres interrogantes
¿será el cambio del entorno escolar (cambio de escuela)? o ¿será el encontrarse
en los albores de la adolescencia y todos los cambios y contradicciones que
ello conlleva? o ¿la falta de un apoyo familiar?
Al inicio
del III° año y en el Primer Bimestre el rendimiento JUAN ANTONIO es aceptable,
no así en el Segundo Bimestre cuando sus calificaciones sufren un descenso y
cambios significativos en su comportamiento, en el Tercer Bimestre sus
calificaciones llegan al fracaso y el comportamiento en el aula de clase sufre
cambios aún más negativos, al extremo de apoderársele un reloj de un compañero,
que posteriormente devolvió después de ser obligado a hacerlo. Así mismo el
trato con sus compañeros y profesores se torna hostil casi violento, su
vocabulario y gesto llegan a ser soeces e inmorales. Con frecuencia acusan sus
compañeros que se le escucha “hablar incoherencias”.
DEDUCCIÓN FINAL
El intento de suicidio o suicidio, es
un proceder que se presenta en hombres y mujeres, jóvenes y adultos
indistintamente y que afecta a todas las capas sociales, desde las más ricas a
las más pobres. La adolescencia en particularmente
una etapa difícil y contradictoria por la cual atraviesan todos los seres
humanos, sin embargo, un adolescente que se siente abandonado y poco atendido
por sus familiares -como parece ser el caso de JUAN ANTONIO- desarrolla una
tendencia al suicidio, al alcoholismo, a la adición a estupefacientes y a
formas de conductas violentas.
En términos
generales los jóvenes no indican sus intensiones suicidas, sin embargo, el
hecho aquí analizado no es el caso, ya que JUAN ANTONIO si comentó con su amigo
y compañero sus intenciones, que dio como resultado una oportuna intervención
de los profesores. ¿Realmente tenía la intención de suicidarse? o ¿fue una
acción tendiente a llamar la atención?
Sea cual
fuere el caso la comunicación, el exteriorizar que se les quiere y que son de
interés y preocupación sus problemas, los padres de JUAN ANTONIO hubieran
podido evitar el intento al suicidio de su hijo adolescente. Del análisis
realizado del núcleo familiar podemos deducir una falta o pobre comunicación
entre padres y padres-hijo, lo que sin lugar a dudas no permitió descubrir las
preocupaciones de su hijo. El fracaso escolar de JUAN ANTONIO fue un aviso del
conflicto por el que atravesaba, y en vez de alertar sobre el problema muy por
el contrario se le reprochó. Probablemente esta acción lo llevó a una situación
de desesperación moral fue la causa del intento de auto destrucción acción esta
que pudo evitarse.
El intento
suicidógeno de JUAN ANTONIO corresponde al tipo de suicidio egoísta, por
un lado tenemos el hecho de tener una familia de origen que, aunque viven bajo
el mismo techo cada uno de sus integrantes solo busca el bienestar de cada cual,
sin tener presente las necesidades de los demás miembros de la familia, es
decir, hay una falta de cohesión intrafamiliar, una total desintegración.
La
inseguridad de JUAN ANTONIO frente a la falta de apoyo familiar se exteriorizó
en dos aspectos: uno, el progresivo fracaso escolar y dos, sus
manifestaciones violentas para con sus profesores y compañeros de clases. Este
mismo comportamiento de rebeldía (violencia) se dio en el hogar.
En la
actualidad JUAN ANTONIO, ha sido retirado momentáneamente del Colegio y esta
bajo tratamiento psiquiátrico.
TENTATIVA
DE SUICIDIO
CUADERNOS
No. 20 (1991)
VERÓNICA:
Un caso de Lesbianismo y Prostitución
Marcela
Márquez
Socióloga-Criminóloga
En la
mayoría de los países civilizados las prácticas lesbiana y la prostitución son
pasadas por alto por las leyes y su punibilidad se ve afectada como una carga
minima adicional cuando existe un acto tipificado y por tanto medir la magnitud
del problema se hace imposible, y de difícil detección. Por lo general estas
actividades se encuentran encubiertas como una forma de trabajo conocida como
“señorita de compañía”, que con el pasar del tiempo ha ido tomando diferentes
designaciones
Si bien es
cierto, que tanto el lesbianismo como la prostitución son conductas no penadas
el ambiente en que se desarrollan es lo suficientemente malsano como para que
se ejecuten actividades que son penadas como por ejemplo: la trata de blancas, proxenetismo,
contrabando, posición y tráfico de drogas y de toda clase de objeto materiales,
etc. Este tipo de conducta -prostitución y lesbianismo- por ser actividades que
la comunidad considera que lesionan la moral de los asociados son altamente
rechazadas (reacción social).
La escala de
valores de los miembros de la sociedad representan una idea del hombre que de
una manera u otra obliga a los miembros de la sociedad a desempeñar roles que
son considerados y aceptados por ella. De ahí que, cuando el comportamiento de
los individuos se aparta de la media esperada constituye lo que MERTON denominó
desviación social. La inclinación hacia el lesbianismo (homosexualidad
femenina) y la prostitución por ser consideradas conductas desviadas y por
tanto no aceptadas, hacen que dichas actividades se mantengan al margen, en
secreto y ocultas, pues además del repudio social ellas representan la
afirmación de si misma de quien la ejerce cuando se trata de prostitución y una
ofensa a la dignidad personal del macho si es una actividad lésbica.
Desde el
punto de vista moral, médico y psicológico la homosexualidad es una anormalidad
por ser “contra natura” y por tanto patológica. Sin embargo existen numerosas
investigaciones sobre la homosexualidad que plantean varias hipótesis en cuanto
a su origen que va desde las alteraciones constitucionales a factores hereditarios
y biológicos sin que ninguna de ellas haya llegado a conclusiones seguras.
El término
homosexualidad debe entenderse como atracción erótica hacia personas del mismo
sexo llamándose a la homosexualidad femenina lesbianismo. Dentro de esta
patología en no pocos casos la mujer lesbiana puede ofrecerle a un hombre
relaciones sexuales satisfactorias, sin embargo, ellas no experimentan ninguna
o muy poca excitación sexual, en estas circunstancias estamos frente a un caso
de bisexualidad como es el caso de VERÓNICA.
Estudios
sobre este tipo de actividad han precisado que además de requerir de un
ambiente social propicio que estimula esta práctica como lo es por ejemplo la
promiscuidad dentro de la familia. El lesbianismo es una conducta eminentemente
ante y post pubertad, es decir, suele manifestarse antes de la adolescencia y
puede persistir posteriormente sobre todo si el medio circundante es propicio.
SIGMUND FREUD en su libro “Psicología de las
Masas” (1921) en su capítulo sobre identidad expone que la génesis de la
homosexualidad se remonta a la
Etapa Edípica del desarrollo del individuo. El Complejo de
Edipo (en el varón) el Complejo de Electra (en la mujer) y que se caracteriza
porque el niño (a) permanece fijado al padre del sexo opuesto al llegar
a la pubertad. En esta nueva etapa del desarrollo se marca el momento de
cambiar al padre o a la madre por otro objeto sexual, y al producirse este
cambio súbito de orientación el joven no renuncia al progenitor del sexo
opuesto, sino por el contrario de identifica con él.
Además de
los planteamientos anteriores, investigaciones de corte socio-criminológico
indican que el aumento de la homosexualidad femenina marca una tendencia
creciente debido a:
1.
Temor
aprendido a los dolores del parto y sus consecuencias.
2.
Temor
a enfrentar el stress que significa desempeñar el papel de mujer-esposa-madre trabajadora,
y
3.
Temor
al fracaso y a las desilusiones de tipo afectivo.
En estos
momentos cabría preguntarse ¿Cómo es posible que una prostituta pueda ser
homosexual? Esta interrogante surge del supuesto de que la principal exigencia
para el desempeño de la prostitución es la normalidad sexual.
Los estudios
de este tipo de desviación sostienen que la prostitución no es sexual
pues para estas mujeres (adolescentes o adultas) la mayoría de los hombres con
los que cohabitan son desconocidos y existe un especial interés de ambas partes
en mantener el anonimato relativo (incógnito) al mismo tiempo que a la
prostituta no le interesa con quien realiza el coito y por tanto no existe una
relación afectiva.
Para autores
como BENIGNO DI' TULLIO, KRAFF-EBING y otros, consideran a la prostitución como
de naturaleza biosociológica, encuentran su origen en un estado hipoevolución
física, psíquica y moral que muchas veces se liga a factores predisponentes (hereditarios).
Por su parte
HORNSTEIN FALLERO considera que toda prostituta es una enferma sexual crónica;
ahondando en este tema individual KRESCHMER sostiene que en los casos de
prostitutas profesionales existe un instinto sexual exagerado con muestras de
debilidad evolutiva infantil que por falta de sensaciones afectuosas naturales
y lo suficientemente fuertes, este hecho hace que la relación sexual de la
prostituta se torne indiferente y como si fuera un negocio cualquiera.
M. COISY, considera cinco los motivos que
inducen a una mujer (adolescente o adulta) prestar el servicio de la
prostitución:
1.
Carencia
del amor paterno durante la infancia lo que genera una ansiedad básica que se
refleja en la tendencia de amar a aquellos que no la aman
2.
La
imposibilidad de seducir al padre (que no la ama) produce la consiguiente frustración;
3.
La
pérdida temprana de valores ante los ojos del padre que conlleva a una auto-degeneración
4.
Surgen
actos de rebelión y venganza por la supuesta falta de amor por parte del
progenitor y
5.
Todo
lo anterior se traduce en frigidez y aversión hacia los hombres.
Además de
estos cinco motivos, no hay que perder de vista que, estas mujeres adultas o
adolescentes que practican la prostitución han podido haber estado sometidas a
una sobre estimulación sexual, ya sea por haber sufrido tempranamente algún
tipo de seducción (abuso sexual) o haber padecido una exagerada prohibición a
la sexualidad.
En fin, la
prostitución en términos generales se le considera como una actitud de auto-destrucción que es indicativo de un desequilibrio de la
mujer debido a severos conflictos internos que surgen desde la infancia y que
no se han podido resolver y por tanto le impide a la persona evolucionar normalmente.
A. PRECEDENTES FAMILIARES
VERÓNICA de
l7 años, es la menor de cinco hermanos (un varón el segundo y cuatro mujeres)
procedentes de una familia integrada del interior de la República, y de una
situación económica considerada como menos que regular en donde las principales necesidades están en la
estrechez de la vivienda (3 cuartos, área de cocina y lavado, servicio higiénico), alimentación y vestido.
Los padres
de VERÓNICA casados desde hace 25 años a su juicio han sido un tanto variables
en cuanto a las normas de crianza hacia los hijos y con ella particularmente se
han mostrado un tanto indiferentes ante sus necesidades. Entre los padres
estima -Verónica- existe una situación conflictiva pues discuten y se pelean
por “cualquier cosa” en la que las carencias económicas del hogar son siempre
el punto álgido.
El padre de VERÓNICA
cursó hasta tercer año de la escuela secundaria y en la actualidad se desempeña
como oficinista del Ministerio de Desarrollo Agropecuario en una ciudad del
interior. Es considerado por la hija objeto de estudio un hombre pasivo y
amoroso, pero que frente a los diversos problemas familiares se muestra un
tanto indiferente al dejar que las cosas se “arreglen por si solas”.
Por su parte
la madre, solo aprobó hasta el sexto grado de la escuela primaria y siempre se
ha desempeñado como ama de casa, solo en épocas de grandes carencias
económicas, realizó temporalmente el trabajo de empleada doméstica en la casa
de alguna familia pudiente del lugar. La madre de VERÓNICA a diferencia de su
padre es agresiva, discute y protesta “por todo” tal pareciera que todo lo que
se hace en casa en forma individual o de conjunto no esta bien. Generalmente
después de mucho protestar y al no encontrar eco en su marido tiende al igual
que él a tomar una actitud de indiferencia.
Los hermanos
de VERÓNICA ninguno completó la escuela secundaria y dada las estrechez del
hogar indistintamente todos fueron buscando algún lugar donde ganar el
sustento. Las relaciones de la adolescente y la comunicación con el resto de la
familia (4 hermanos) es buena pues la diferencia de edades entre ellos es
mínima y los intereses propios de cada edad y sexo no muestran grandes diferencias.
Se podría decir que existe armonía, amor, compañerismo entre ellos. En términos
generales las relaciones intra e interfamiliares podrían catalogarse de
aceptables y con cierto rasgos de afectividad entre padres y padres e hijos.
B. PRECEDENTES
PERSONALES
VERÓNICA, de
l7 años e hija de un matrimonio integrado (total de miembros 6) del interior de
la República, tiene su primera experiencia sexual a la edad de l4 años con su
“amigo” cuatro años mayor que ella y vecino del lugar de residencia de ella.
Podríamos decir, que esta vivencia marca
el inicio de los problemas (factor desencadenantes) de VERÓNICA. De esa primera
relación surgen otras esporádicamente con resultados que podrían ser
catalogados de beneplácito para cualquiera pareja estable, pero no para VERÓNICA
quien al quedar embarazada se vio en una situación de abandono por parte de su
“amigo” y de una condición de reproche en el seno de la familia. Tal situación
la sumerge en una gran desesperación y angustia, que orientada y asesorada por terceras personas
decide someterse a una manipulación abortiva que afortunadamente para ella no
tuvo mayores consecuencias.
Al mejorar
la situación VERÓNICA toma una actitud defensiva frente a sus progenitores y
haciendo grandes esfuerzos pudo continuar sus estudios y completar hasta el V°
año de la educación media. Ambos padres al no ver consecuencias que lamentar
(aborto) toman una actitud permisiva y hasta cierto punto de indiferencia ante
la determinación de la hija menor.
A la edad de
16 años y sin un real apoyo económico y afectivo en su hogar, empieza a
frecuentar con un grupo de amigas el Club Social del lugar, donde surgen nuevas
amistades del sexo masculino con los que entabla amistad y tiene relaciones
sexuales las cuales comenzaron a representar un ingreso económico para sufragar
sus necesidades básicas y con el cuidado de no involucrarse afectivamente con
ninguno “porque en este negocio eso no paga”.
Al momento
de la entrevista, acepta tener este tipo de relaciones desde hace un año y que
además de los resultados económicos manifiesta hacerlo porque “me gusta”. Por
cada relación recibe una paga de $50.00 y más, y para no verse en problemas de
embarazos toma pastillas anticonceptivas, hasta la fecha no ha padecido ninguna
enfermedad venérea. La difícil situación económica y tensiones familiares la
hacen manifestar que “piensa cambiar de actividad”, sin embargo, no esboza otra
alternativa, guarda silencio y mantiene una mirada “ausente” casi indiferente.
VERÓNICA
alterna con sus posibles clientes en el Club Social del lugar donde acuden en
horas de la tarde los ganaderos, comerciantes o industriales a tomar un trago después
de sus labores. La ingestión de bebidas alcohólicas por parte de VERÓNICA es
“ocasional”, sin embargo, manifiesta que ha tenido y tiene experiencias con
marihuana, “por curiosidad” la primera vez, después porque “me hace sentir
fuerte”.
El grupo de
amigas de VERÓNICA al igual que ella asisten al Club Social durante las tardes
y bajo efectos de la marihuana fue como surgió su primera experiencia lésbica,
la que ha continuado con relativa frecuencia porque “me agrada y no corro
riesgos de ninguna clase”, lo hace por afecto “no pago ni me pagan...” es
agradable.
VERÓNICA a
pesar de su escolaridad es una muchacha poco desenvuelta y callada, lee con
frecuencia los periódicos y son de su agrado las foto novelas de género
romántico que, a nuestro parecer la ha llevado a no discriminar entre lo
verdadero y lo falso y tanto su actividad lesbiana como de prostituta
representan para ella una farsa, una fantasía y hasta una comedia que le da
satisfacción emocional y hasta de tipo afectiva.
Estudios más
profundos de la personalidad de VERÓNICA se estableció por medio del Test de
inteligencia Raven, un coeficiente inferior al término medio, mostrando
durante la prueba inseguridad, ansiedad y stress. De igual manera se reflejó en
las pruebas de personalidad inmadurez
y un insuficiente desarrollo y equilibrio afectivo. Su vida afectiva por
tanto denota rasgos infantiles y de ahí su inseguridad para manifestarse
con espontaneidad, hay también una tendencia al egocentrismo lo que
explica su determinación en ejercer paralelamente relaciones prostitutas y lesbianas.
LESBIANISMO - PROSTITUCIÓN
CUADERNOS No 2l (1992)
LAS
PRUEBAS PERICIALES APLICADAS A UN CASO DE IDENTIFICACIÓN
Marquitos Rodríguez Justines
James
Bernard
Abogado
El jueves l9
de abril de 1990, el cuerpo sin vida de un infante, severamente mutilado por
las aves de rapiña y en avanzado estado de descomposición, fue encontrado en un
área boscosa cercana a la ciudad de Panamá.
La víctima,
presumiblemente, el menor de tan sólo tres años de edad, Marcos Rodríguez
Justines, secuestrado ocho días antes de que se encontrase su cadáver, por
información particular recibida en la Policía Técnica Judicial.
Las
investigaciones posteriores dieron con la detención de un grupo de seis
personas, tres de ellas ex-miembros de las anteriores Fuerzas de Defensa,
luego llamadas a Juicio por los
presuntos delitos de secuestro, homicidio y asociación ilícita para delinquir.
Los
sindicados en este proceso, en su etapa sumarial, al rendir indagatoria
reconocieron su culpabilidad por el delito de secuestro en perjuicio del menor
Rodríguez Justines, declarándose inocentes, al mismo tiempo, de la imputación
del presunto delito de homicidio en perjuicio de la víctima del secuestro.
Durante la
presentación de la defensa técnica de los imputados, el argumento y el hecho controversia
se centró ante la dificultad de establecer la identificación del cadáver del
menor encontrado, por su grave estado de descomposición y más allá de las
informaciones
particulares que se tenían. Por lo que para
el esclarecimiento de los hechos, se hizo necesario el auxilio de la medicatura
forense.
Esta prueba
que se recoge en la práctica médico forense, adquiere un valor determinante, en
materia penal, específicamente cuando se investigan delitos contra la vida y la
integridad de las personas; al momento de establecer las circunstancias, tanto
las que se relacionan con la víctima (edad, sexo), las causas de la muerte o de
las injurias que se le ocasionaron (golpes, cortadas, asfixias, intoxicación,
etc.), los medios materiales empleados, el lugar y el momento en que ocurrieron
los hechos, incluso para señalar, en ciertos casos, hasta la autoría del
delito.
A estas
funciones se refieren los artículos 2071 al 2109, del Código Judicial, Libro
Tercero de Procedimientos Penal (1), en su capítulo II, sobre la investigación
de los hechos, en que dispone la facultad que tiene el funcionario de
instrucción, para nombrar “.....los facultativos o peritos que sean necesarios”
(artículo 2074 C .J.),
toda vez que cumple con sus funciones de investigar el hecho punible, la
personalidad de su autor y participes, para el esclarecimiento, con toda
exactitud de las “cualidades y circunstancias que constituyen la clase de
delito, conforme lo designa y clasifica el código penal” (artículo 2072 C .J.).
Tratándose se investigar los casos de
muerte de personas no conocidas, el procedimiento penal prescribe la diligencia
de reconocimiento (artículo 2082
C .J.), el tratamiento del cadáver, con la intervención
del funcionario de instrucción y los peritos que le examinen, identifiquen y establezcan
las circunstancias que determinen la causa de la muerte (artículo 2083 C .J.), precediéndose en
los casos en que se encuentre un médico forense en el lugar, a la autopsia del
cadáver y en los casos en que los peritos así lo crean conveniente para
fundamentar su evaluación (artículo 2080 C .J.).
En todo caso
el “...dictamen médico forense será tan minucioso y pormenorizado como sea
posible”, debiendo contener:
a.
Si el
deceso ha sido originado por arma de fuego, cortante o
punzante,
envenenamiento, asfixia, estrangulamiento, maltratos personales, golpes
contusos, caída o cualquier otra causa;
b.
La
trayectoria de la bala o del arma cortante o punzante, la descripción de los
órganos y tejidos interesados, la
profundidad y extensión de las heridas y la naturaleza de la hemorragia;
c.
c. La
clase y especificación del veneno, la cantidad posiblemente empleada y el modo
y tiempo en que, más o menos ha
causado sus efectos;
d.
Cuando
la causa de la muerte haya sido la violación carnal, la descripción de los
órganos afectados, la naturaleza de la hemorragia y de las lesiones o golpes,
si los hubiere;
e.
En
caso de asfixia o estrangulamiento, la descripción de los medios empleados en
la consumación del hecho, poniendo interés en distinguir si éste se originó por
medio de recursos físicos, con intervención criminal, o por accidentes;
f.
El
tiempo preciso o aproximado en que se consumó el hecho y,
g.
Todas
aquellas circunstancias, indicios, evidencias y demás observaciones de
orden científico que, a juicio del
forense, contribuyan al esclarecimiento de la verdad (Artículo 2085 C .J.)
Todo este
procedimiento requerido como formalidades del dictamen médico forense, se
refieren básicamente al problema de establecer las causas que determinaron la
muerte, incluso comprende la posibilidad de identificar personas no conocidas,
siempre que el estado del cadáver así lo permita (artículo 2082 C .J.), lo que desde el
punto de vista médico legal no debe representar mayor problema.
En el Código
Judicial (cap. II°, del libro III°.), no se contempla con precisión el
procedimiento que debe seguir el médico forense cuando se trata de la
identificación de cadáveres que hayan sufrido la acción de la descomposición, o
que se encuentren carbonizados o mutilados; dejando al criterio del funcionario
de instrucción el nombramiento de los facultativos o peritos, para el
reconocimiento necesario, debiendo dicho funcionario de instrucción, cuidar que
esta diligencia se haga en forma legal. (artículo 2974 C .J.).
LA IDENTIFICACIÓN PERICIAL
En el caso
del menor Rodríguez Justines, la práctica de las pruebas periciales, para el
reconocimiento de la identidad del cadáver, encontrado en las afueras de la
ciudad, se constituyeron en fundamento del proceso penal.
En el
informe de Necropsia, se estableció como probable causa de la muerte un
traumatismo craneal, contando además, exámenes adicionales que establecían la
edad o sea en correspondencia con la edad de la presunta víctima, encontrándose
igualmente una configuración de las falanges del pie izquierdo, que le
identificaban positivamente. (2)
En todo caso
la prueba pericial que señaló con gran precisión la identificación plena de los
restos, adicionadas a las anteriores, la constituyó las características odontológicas,
las cuales mostraban 3 puntos de coincidencia, aportados por los estudios
médicos criminalísticos:
l.
Edad dental
del paciente, entre 3 y 4 años.
1.
Secuencia
de erupción.
2.
Evidencia
de traumatismo en la pieza No.61 –inciso central izquierdo- corroborado por el
padre-. (3)
Posteriormente
el odontólogo pediátrico, que atendía al menor secuestrado, estableció su
identidad positivamente, declarándose así en calidad de perito en las
audiencias del proceso penal.
Esta
aplicación de los conocimientos odontológicos al problema que nos ocupa, se
viene desarrollando desde el año de 1883, cuando el Dr. Oscar Amoedo de
nacionalidad cubana, sentara las bases de la odontología forense. (4)
En esta rama
especializada de la medicatura forense, ha trabajado en la investigación de la
identidad de individuos, vivos o muertos, el registro de grupos humanos y hasta
en la identificación de criminales, por medio de marcas de dientes y otras
señales. (5)
El estudio
de la cavidad bucal y los dientes, dada su resistencia al fuego, a los ácidos y
a la putrefacción, permiten en estos casos una identificación precisa, ya que
mediante el reconocimiento que realice el especialista odontológico de estos
elementos, de las prótesis o aparatos dentales o de la formación de la
dentadura, pueden establecerse cualidades de la víctima como la edad, el sexo,
grupos de raza, que se obtienen de la comparación de las medidas y coloración
de los dientes y la formación de la arcada dentaria.
El análisis
riguroso de estos elementos y su comparación con los registros dentales,
permiten obtener con precisión una identificación positiva tratándose de casos
como el presente y de otros de magnitudes considerables, que se dan en el caso
de desastres naturales como inundaciones, fuertes movimientos sísmicos o
incendios.
El caso
presentado, no sólo es relevante por la expectación que provocó en la
ciudadanía panameña, sino además, por los requerimientos extraordinarios que en
materia de identificación post-morten y en la práctica de pruebas periciales;
requirió de la participación, conocimientos técnicos de mayor especialización,
como los de la odontología.
En la
actualidad, por el giro que ha tomado la delincuencia en Panamá, en que una
serie de factores se conjugan y dan como resultado un tipo de criminalidad que
aplica métodos y recursos de mayor complejidad, para ejecutar el delito y
ocultarlo evitando la averiguación de sus autores, lo que requiere de mayores
esfuerzos técnicos aplicados a la criminalística y a la medicatura forense.
CITAS
1.
CÓDIGO
JUDICIAL DE LA REPÚBLICA DE PANAMÁ. Edit. Moreno y Pujol. Panamá, 1992.
2.
MINISTERIO PÚBLICO. MEDICATURA FORENSE DE PANAMÁ.
Protocolo de Necropsia. Caso:
Rodríguez Justine, Marcos. 20 de abril de 1990
3.
MINISTERIO
PÚBLICO. MEDICATURA FORENSE. Caso
Rodríguez J., Marcos.
4.
VARGAS
ALVARADO, Eduardo. Medicina Legal. 2a. Edición, Lahman Editores. Costa Rica,
1980 pág. 33.
5.
SOLÓRZANO
NIÑO, Roberto. Medicina Legal, Criminalística y Toxicología Abogados. Edit.
Temis Bogorá, 1990 pág. 482
ANEXOS
PROTOCOLO
DE LEVANTAMIENTO DE CADÁVER
LUGAR:
Vía Juan Pablo II, cerca del
Club de Adiestramiento Canino.
FECHA:
l9 de abril, 1990.
HORA: 5:30 PM. MÉDICO FORENSE: Dr. Humberto
L. Max C.
CARACTERÍSTICAS FOTOGRÁFICAS DEL LUGAR DE
HALLAZGO: Lugar de acceso colateral a la carretera Juan Pablo II, encontrándose
en un camino de tierra de una
longitud de alrededor 100
metros , existe una abundante flora y el camino se observa que es objeto de paso esporádico.
HALLAZGOS: En la orilla del camino de
tierra, debajo de unas enredaderas se encuentran los restos de tejidos blandos adheridos y restos de
tejidos en evolución del proceso de acción de
proceso de putrefacción.
Las dimensiones de los restos por el examen
de sus huesos largos nos indican que pertenecen a un cuerpo de pequeña
estatura.
DESCRIPCIÓN GENERAL: El cuerpo aún conserva
puesto un sweater pequeño de niño; de colores oscuros en la parte del cuello y
mangas, de contraste claro, que en su parte anterior frontal izquierdo hay una
inscripción que dice “Going no where”.
La parte inferior del cuerpo no tiene
ropas.
POSICIÓN: Decúbito lateral izquierdo; con
el miembro inferior derecho en extensión lateralizado hacía el lado derecho.
DESCRIPCIONES EXTERNAS: En la parte
inferior del cadáver o sea los miembros inferiores y la pelvis se encuentran las áreas mejor
conservadas ya que la piel se conserva mayormente a nivel de la pierna y muslo
derecho dándole un aspecto apergaminado (de cuero), en cuanto el miembro inferior
izquierdo se encuentra en condiciones similares al tórax y
abdomen, donde no hay tejidos blandos conservados y es evidente la putrefacción y la reducción esquelética.
Los pies conservados y las manos también,
las uñas de los dedos de pies y manos presentan un color violáceo intenso de aspecto
cianótico.
El pie derecho tiene una media de color azul
al cuál está atado un lazo de cordel verde semi-delgado por arriba del tobillo
derecho, el pie izquierdo no tiene media.
Cerca del cuerpo están vértebras cervicales
y costillas; más adentro restos óseos cefálicos no articulados a varios metros
internándose del lugar del hallazgo, allí también se encuentra otro cordel
similar al encontrado en el tobillo derecho.
El cuerpo presenta la presencia de vermes
(gusanos) color blanco.
Esparcidas hay plumas de aves de color
negras compatibles con gallinazos.
COMENTARIOS MÉDICOS LEGALES: Se trata de un
cuerpo pequeño en estado de gran deterioro donde han incidido dos procesos
destructivos del cadáver:
A. La putrefacción y
B. Los agentes depredadores (aves de
rapiña) los cuales no permiten una identificación
inmediata.
La distancia entre algunos huesos
diseminados y el resto del cuerpo ha sido obra de los depredadores.
El estudio macroscópico de los hallazgos de
putrefacción nos indica la evolución de varios días.
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